Al pequeño Gabriel
Un millón de pescaitos bailan contigo hoy,
al son de esa canción de Rozalen,
en mares y mares de lágrimas amargas,
como rios que lo inundan todo.
La curva de tu eterna sonrisa,
es ahora un columpio que acoge
a muchos ángeles sin nombre.
Sube, sube rápido, a saltos,
hasta ese cielo de pizarra azul,
por una rayuela de nubes de algodón
que te cuiden y protejan a cada salto.
Allí desde arriba,
cuida ante tanto dolor
a quien sólo tuvo para ti Amor.
©AnaAgudo
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Solo la poesía puede iluminar tanta negrura y tanto dolor.
ResponderEliminarBesos, amiga.
De alguna manera nos salva poder escribir el dolor, es horrible. Un abrazo fuerte querido amigo
EliminarEste dramático suceso ha tenido el peor de los finales. No se comprende que pueda haber gente capaz de hacer estas cosas, pero desgraciadamente a este caso seguirán otros. Un dolor y una pena enorme sentimos todos por este niño. Tú poema es tristemente precioso y me uno en el a este recuerdo para Gabriel. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, es horrible y doloroso este final, puedo imaginarme el dolor de esos padres. Gracias un beso
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