Al pequeño Gabriel
Un millón de pescaitos bailan contigo hoy,
al son de esa canción de Rozalen,
en mares y mares de lágrimas amargas,
como rios que lo inundan todo.
La curva de tu eterna sonrisa,
es ahora un columpio que acoge
a muchos ángeles sin nombre.
Sube, sube rápido, a saltos,
hasta ese cielo de pizarra azul,
por una rayuela de nubes de algodón
que te cuiden y protejan a cada salto.
Allí desde arriba,
cuida ante tanto dolor
a quien sólo tuvo para ti Amor.
©AnaAgudo
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