Vuelvo
cuando la quietud
puebla lo eterno,
vuelvo y bailo con aquel sueño,
a mitad de camino
entre la arena caliente del desierto.
Busco refugio en el abrazo
del pasillo estrecho de las pirámides,
y busco también el amparo
de los colosos que susurran nombres
con la ayuda del viento.
Gira y gira mi alma en contra del tiempo
y respiro este aire denso de recuerdos.
Regreso, siempre regreso
a bailar con aquel sueño.
(A.A.M.) © 2013
Esos rebeldes remolinos de la volundad, buscando el recuerdo...
ResponderEliminarA veces, es tan bello regresar...
Besos.
Aunque no se regrese jamás. Un beso Magda, muchas gracias
EliminarHermoso poema que atraviesa el túnel del tiempo viajando hacia el ayer para imbuirse de sueños que abrazan lo más profundo de uno mismo.
ResponderEliminarNo se puede vivir de los sueños pero, a veces, recordar llena tanto.
Un abrazo, Ana, y gracias por deleitarnos con tus letras.
Fina
Ni se puede, ni se debe vivir de los sueños, la vida es lo que tocamos, lo que sentimos, lo que abrazamos, los recuerdos siempre están observándonos, pero son eso, recuerdos.
EliminarMil gracias Fina un abrazo
El verso y el corazón se alegran, cuando se recuerdan los tiempos felices.
ResponderEliminarTus versos, como siempre, bellos y atinados.
Un abrazo.
Claro que se alegran, aunque sean tiempos sin retorno, pero forman parte de ese camino del que aprendemos.
Eliminarun abrazo Juan y muchas gracias
Versos llenos de nostalgias, de regresos y de recuerdos. Un beso
ResponderEliminarGracias, un beso
Eliminar