y seguiré esperando. como los amarillos del otoño, todavía palabra de amor ante el silencio, cuando la piel se apague, cuando el amor se abrace con la muerte y se pongan más serias nuestras fotografías, sobre el acantilado del recuerdo, después que mi memoria se convierta en arena, por detrás de la última mentira, yo seguiré esperando (L.Gª.Montero)
Adornábamos de colores el rincón de las ilusiones, de los sueños que entonces compartíamos, todo preparado para un tiempo sin fin, viviendo amaneceres. Círculos y círculos que encierran quimeras, la soledad de esta hoja suicida que arrastró el viento clama en un lamento deseos de un mañana, mientras se ahoga en la oscuridad del olvido, seca, sin un aliento de caricia.
Ruido de cristales en una noche de niebla, sin destino