
Un rumor de añoranzas
abre hoy la cremallera de los recuerdos.
En esta tarde de luz
los pasos de mi memoria
se encaminan a aquella calle;
quería volver,
necesitaba volver,
y vuelvo sorteando las horas
en su lento baile.
Allá al fondo
en la misma mesa de siempre,
el calor de tu sonrisa
me abraza como entonces
y se enrosca a mi cintura
como un ritual.
Pero no son tus labios,
ni tus manos,
ni el calor de tu sonrisa,
solo un mensaje frío
escrito en mi piel,
agazapado por los rincones
de mi memoria,
con olor a ternura y soledad.
( A.A.M.) (c) 2011