De todas aquellas mariposas de colores
que coronaban cada rincón de mi casa,
de mis libros,
de mi alma,
de toda mi vida,
fue una mariposa negra
la que hizo nido en mis ojos,
en un tiempo frío y eterno.
El aleteo de aquella mariposa negra
inundaba mis ojos de lágrimas,
eran lágrimas negras de dolor
como sus alas.
Eran lágrimas de duelo,
de pérdida,
de adiós sin retorno.
Lágrimas negras y frías
de mariposa negra.
De todas esas palabras
que entonces me poblaron,
sólo una mueve y remueve
hoy mi raiz
y abona la tierra llena de ausencia,
donde se posaron mis pies
rodeados ahora de mariposas negras.
(A.A.M.) © 2012
Son mejores las mariposas de colores. Tus amigos y las personas que te quieren nunca dejarán de regalarte Mariposas de colores.
ResponderEliminarUn beso
Un beso Juanjo, gracias, tienen un encanto especial las mariposas negras, tanto que a veces lo ocupan todo.
EliminarMuchas gracias
El leve batir de alas de una mariposa... puede provocar toda una hecatombe...A veces pasa.
ResponderEliminarUn beso Ana.
Absoluta y total para lo bueno y para lo malo... y si a veces pasa, solo con un simple aleteo hacen que se vea clara la realidad sin disfraces. A partir de ahí nada será ya igual.
EliminarOtro beso para ti Magda