y seguiré esperando. como los amarillos del otoño, todavía palabra de amor ante el silencio, cuando la piel se apague, cuando el amor se abrace con la muerte y se pongan más serias nuestras fotografías, sobre el acantilado del recuerdo, después que mi memoria se convierta en arena, por detrás de la última mentira, yo seguiré esperando (L.Gª.Montero)
martes, 15 de noviembre de 2011
Lluvia de Noviembre
Pego mi nariz en el cristal
mis ojos se van detrás de la lluvia,
esta lluvia de Noviembre
que con rabia golpea el suelo.
Pego mi nariz en el cristal de la ventana
mientras veo el tiempo pasar
ladrón eterno de sueños y momentos,
como pasa el agua veloz
y se vuelve gris el color de la mirada.
Pego mi nariz en el cristal,
escribo en mi aliento aquel nombre
y en un suspiro cada palabra
que me quedó por decir o que no pude decir,
y me vuelvo pequeñita
mientras a través del cristal llueve,
sigue lloviendo
cómo un mar de lágrimas antiguas,
veo la vida pasar sin apenas inmutarme
en el silencio del jardín,
donde habitan las sombras
las siluetas abrazadas y escondidas,
esas que ya no duelen al partir
y la pena de que ya no duela
se vuelve más pena,
como la certeza de un punto final.
(A.A.M. © 2011)
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Leo esta copiosa lluvia de letras, sin esperar destellos de soles, pero ellas las letras me transportan al ladrón eterno de sueños y momentos de una oscura y lluviosa noche de noviembre.
ResponderEliminarUn abrazo amiga
Me alegra tu vuelta con esta tremenda carga de lirismo y con este poema que evoca ausencias y tiene toda la tristeza de un día gris y lluvioso.
ResponderEliminarComo dice el Anónimo y común amigo anterior, una verdadera lluvia de letras preñadas de belleza.
Un abrazo.
Querido amigo Anónimo no esperes destellos de soles en este poema, solo lluvia como llanto gris y ese ladrón de sueños y momentos que camina imparable, pero mañana seguro que sale el sol y vuelve a iluminar amaneceres.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias por esta visita, echo de menos tus poemas
Muchas gracias Juan, siempre regreso, siempre escribo, ando un poco melancólica este noviembre, añorante, vuelven a mi muchos recuerdos de otros tiempos en estos días, salen de cada esquina de la casa de mi madre ahora que nos reunimos vaciar todos los cajones.
ResponderEliminarEs un honor que os parezca bello, un abrazo muy grande Juan y a nuestro anónimo amigo común que nos tiene privados de sus letras. Gracias
Precioso Ana,. Ver llover es un momento que incita a la reflexión y al silencio. Tambien incita a la poesía. El agua es símbolo de vida y de eternidad. Lleva lloviendo desde siempre, desde tiempos remotos, desde que el mundo es mundo. Un beso
ResponderEliminarGracias Juanjo por tu visita y tus palabras, me alegra que te guste, la lluvia de otoño a veces es como lágrimas que rompen el silencio, no siempre es triste ver llover, yo recuerdo lluvias alegres bajo paraguas de abrazos.
ResponderEliminarTienes razón desde que el mundo es mundo llueve.
Un beso Juanjo
así también me siento en este noviembre.
ResponderEliminarGracias por tu visita David, bienvenido
ResponderEliminarQue bien resumido todo, la lluvia nueva del otoño viejo, un nombre escrito que nos deja sin aliento a través precisamente del aliento, nuestra pequeñez comparada con casi todo. Siempre envolvente lo que escribes.
ResponderEliminargracias Rafa por tu visita y por las palabras que siempre me dedicas, muchas gracias
ResponderEliminarUn beso