Sucede
que llueven miradas como lágrimas
en estos días oscuros de invierno
y se borran,
se pierden,
ya no son verdad,
no son realidad.
La tierra absorbe la humedad
de la lluvia de miradas,
como lágrimas.
Es tarde ya para casi todo
y cada una de las letras
que por aquí derramo,
son dolor y sentimiento,
son vida a la que no renuncio
y de la que aprendo.
Esa cicatriz que suavizo
con rosa mosqueta,
me recuerda el blanco y azul
de todos los comienzos soñados
y el dolor de todos los finales vividos.
Me laten mil historias por las venas
y otras ya fueron sangre derramada.
(A.A.M.) © 2013