y seguiré esperando. como los amarillos del otoño, todavía palabra de amor ante el silencio, cuando la piel se apague, cuando el amor se abrace con la muerte y se pongan más serias nuestras fotografías, sobre el acantilado del recuerdo, después que mi memoria se convierta en arena, por detrás de la última mentira, yo seguiré esperando (L.Gª.Montero)
domingo, 19 de diciembre de 2010
NUNCA
Nunca caminaremos unidos
por ese mundo desconocido que ofrecía luz,
solo queda la húmeda oscuridad de las palabras,
la desolada fragmentación de los sueños.(A.A.M.)
miércoles, 15 de diciembre de 2010
COMO AQUEL RECUERDO
(Foto C.Crespo Nevada Madrid 2008)
Con los ojos cerrados
vuelve a mí intacta,
la imagen de aquella primera nevada
que juntos contemplamos.
Luminoso manto blanco
que brillaba reflejándose
en el amor de las miradas,
no existía el frío
ese invierno no hizo frío
en el ovillo eterno y cálido
que formó la ternura de unas manos.
Crepitaban los leños sus cantos agónicos
de dolor en aquella chimenea
y su rojo calor fue caricia de sueños
tejidos con besos,
quizás su quejido a veces punzante
auguraba que aquello que ardía con pasión
se despedazaba sin remedio, dejando solo cenizas,
grises cenizas,
indefensas cenizas,
que ante un soplo de viento pasaron a ser nada,
nada.
Quedó en mi pecho un copo de nieve
brillante, puro y blanco
como aquel recuerdo
(A.A.M.)©2010
jueves, 9 de diciembre de 2010
BANCO VACÍO
No esperes nada,
olvida ya
o no olvides,
solo camina por este silencio
de girasoles sin sol
de noches sin estrella.
Hoy las palabras huyen y se esconden
por miedo a ser.
Mañana es un acertijo
de dados que no dejan de girar
y que se precipitan en ese eterno giro
hacia un vacío oscuro,
sin miradas
sin idioma en la piel,
en esta realidad espesa
que no nos pertenece,
que es ajena
que no es plural.
Queda este banco vacío
esperando saber que traerá el tiempo de mañana,
quizás entonces estés sentado a mi lado
y puedas contármelo (A.A.M.)
miércoles, 1 de diciembre de 2010
SIN DUEÑO
La arena del reloj se llevó aquel sueño
sin apenas darnos cuenta,
quedaron enterradas las palabras de mañana
y las mañanas de mañana,
con ese abrazo que nunca te di
rodeando tu espalda,
viviendo amaneceres
apagando anocheceres.
La arena se llevó aquel sueño
sepultó allí la luz y el duende,
dejando caricias perdidas
sin dueño (A.A.M.)
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